La elección de estos objetivos parten de la realidad eclesial, que encuentra en el próximo curso varios eventos eclesiales de suma importancia: el Congreso Nacional de Misiones celebrado recientemente en Madrid, el Mes Misionero Extraordinario en octubre de 2019 propuesto por el Papa para toda la Iglesia universal y el Congreso Nacional sobre Apostolado Seglar en febrero de 2020. En el ámbito de la presencia pública de los laicos, se busca profundizar y concretar la propuesta del año pasado de “promover la presencia evangelizadora del laicado en la vida pública”.

 

Las prioridades pastorales de este curso quieren ahondar en el gran don que supone el apostolado seglar para la Iglesia y la sociedad, de modo que los fieles laicos sean conscientes de su dignidad y vocación bautismal y se incorporen a las tareas de la evangelización sin caer en el “clericalismo de los fieles” del que ha alertado el papa Francisco, y que consiste en identificar el protagonismo seglar con la dedicación a tareas de organización de la vida comunitaria, más propias del clero. Se trata de buscar nuevos caminos, de poner la creatividad de la Iglesia local al servicio de esta nueva etapa evangelizadora a la que nos llama el Papa en la Evangelii gaudium. En ese rumbo, cobran fuerza las líneas que la Diócesis plantea como objetivos en este curso y las acciones concretas que las acompañan.